Roberto Bolaño

"Los libros son finitos, los encuentros sexuales son finitos, pero el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos."

La intuición de leer, la intención de narrar

En el capitulo titulado: El estatus del lenguaje escrito

¿Es que la lectura es tan fastidiosamente importante que da vergüenza, miedo o rencor admitir que no se lee, y que a pesar de eso se es feliz, inteligente, sensible, digno, justo?

Rodolfo Castro

Presentación

Estaba pensando en la injusticia que a Jaime Sabines no se le hagan tantos "tributos" como a otros. Quizás porque se nos fue antes de internet o como es mexicano y somos malinchistas (neeeeh). O no sé pero él es (era pues u_u) muy bueno en sus escritura, ¡y hasta en entrevistas! para lo poco que se le reconoce.

Luego, ¡cómo le hacemos la mamada a la lectura! ¿no creen? Me refiero "wow fulanito lee/ha leído/está leyendo" cuando debería ser algo equis en la vida, un hábito para todos. Yo no lo tengo la verdad, y lo admito sin pedos. Estaría bien tenerlo, dicen que en mi carrera hace bien. Sabe.

Eso me recordó un texto de Monsiváis, que no consigo encontrar en mi cuarto/zona-de-guerra y espero no haber perdido sin querer, sobre los hipitecas que se creían mucho por su pintura y su música y su lectura. Decía que los que leen a Hesse se creen hasta superiores, y la verdad sí, nos creemos y somos (ooh qué la! luego porqué me quieren mucho jaja)

Para finalizar, mientras buscaba lo de "Monsi", me encontré otra lectura para alguna clase (clase de crónicas creo, tendría sentido) Se llama La intuición de leer, la intención de narrar y es de Rodolfo Castro. Comencé a hojearlo y ¡Zas! que me tomo con el pasaje perfecto para iniciar (también fue el empujón necesario para abrir) este blog

De qué va esto? de citas citables, ni tan citables, ni memorables, que me ayuden a tirar piedras, o hacer catarsis. Hasta letras de canciones y de pelis. Every and anything go.

La primera, muy ad hoc con lo de poner personas en un pedestal nada mas porque su capital simbólico es mayor al nuestro (que es muy pobre, ergo no tiene mérito superarlo)

Es una pena que en este mucho cada vez más hambriento proliferen tanto las vacas sagradas