11.20.2012

Vengan esos mil (Diablo Guardían)


  • Ser junkie de tus celos, alimentarme de ellos hasta cuando no estoy, eso sí que es ser puta,..

  •   Qué me iba a imaginar entonces que ser puta no era pintarse, ni pararse, ni acostarse. Ser puta es calen-tarte con cada «a ver qué pasa»

  •  Si yo fuera tú, pensaría: Ésta usaba los miedos para disimular las culpas. Pero no eran las culpas. Al contrario. No sé si tú disfrutes tus culpas por ser puta, pero a veces se vuelven la mejor parte. Te calientan, de pronto 

  •  ¿Sabes lo que es sentir que el pudor se te sale por los poros’ Tener escalofríos y no moverte. Querer salir corriendo pero también querer quedarte por los siglos de los siglos así, toda desnuda

  • ...Mi mamá todo lo deseaba, pero creo que nadie la deseaba a ella. Y eso de ser deseada es droga dura 

  •  “Like a faseball needs control”. Yo era una bola rápida, por eso ni siquiera yo podía controlarme.

capitulo: el huérfano invisible III

Mamita tenía una ventaja sobre el resto del mundo: sabía perder, y lo hacía con entusiasmo. Por más que con alguna regularidad llorara por su causa, no podía evitar mirarlo como el más alto orgullo de su sangre. ¿Cómo entender que luego, años más tarde, nada de aquel orgullo, se esforzara más que por borrarse? --- Pig no podía suponer que si Mamita hablaba tanto del pasado era porque no había un futuro al cual mirar. No para ella, por lo menos; si los doctores no se equivocaban, el cáncer se la habría comido en un par de años.--- Los dos sabían, cada uno a su modo, que sus trenes corrían en direcciones opuestas, pero sólo Mamita debía de entender que, llegado el momento, se descarrilarían juntos.

capitulo: el huérfano invisible II

Escribir, hacer trampas: ¿no era la misma cosa?

Parábola del buen pastor III

Pero no soy ingenua, insisto, soy quien soy: la oveja negra, la plebeya ambiciosa, la puta de este hotel, la bruja de este cuento. Ni modo de esperar que me pongas de princesa, ¿ajá? No espero nada, de hecho siempre he sido una desesperada: quiero acabarlo todo cuando ni he comenzado

Parábola del buen pastor II

...soy como esas Barbies que están siempre hasta el fondo de la caja de juguetes, con los brazos y piernas chuecos o arrancados, esperando a que un duende venga a componerlas; sería suficiente con empujarme suavecito, como desde lo alto de una resbaladilla. Y yo me iría de cabeza, bocabajo, con las palabras mágicas tatuadas en la frente: Las Violettas jamás se van al Cielo.

Introducción Diablo Guardían

…a mujeres como yo no las conoces; las contraes. Como los matrimonios y las enfermedades y las deudas.