Del poemario Jardín del Paraíso
La mitad de Paraíso
Cédeme ahora que estás
lejos
Los momentos de intenso
placer,
las noches en los bares
que recorrimos juntos
El aroma de nuestros deseos
y el de los deseos
concluidos.
Cédeme
los sábados de hacer el
amor
y tardes en mesas de café
Escribiendo
las palabras que cruzan
los bulevares
y las mañanas iluminadas en
tu presencia
Cédeme
la mitad del paraíso
Paraíso
Paraíso tu cuerpo
Lo que bebí de tus deseos,
tus palabras irrepetibles
solo en momentos de pasión
Tus muslos sobre mis piernas
en el espejo del tiempo
sobre ese mar inmenso de mi
cuerpo
Cuerpo
Nocturno cuerpo
Recorro así de noche
tus avenidad interiores
Las luces de neón
de la ciudad
para que las camines
Y me devuelvan siempre
tus pequeños rincones
Tu carne en éxtasis
Placer y noches
olfateando tus puertos
En esa droga
sagrada de tu mirada
Mirada
Por mucho que te mire
me falta tiempo
y la fórmula mágica
para llevarte siempre
Desnudo
Viéndote.
Viéndote.
Viéndote
desnudo sobre estos linos
blancos
no comprendo
las miles de pinturas de
senos
de mujeres posando
Deseaban el momento perfecto
de pintar
a su amado sobre unos linos
blancos
deramándose
Derramándose
Mis ansias
de encallar en tus puertos
con la intensidad
con la que un día
derramaste
Luminosamente
tu forma de atraparme
sobre mi viente deseoso
adicto en madrugadas
a tu recuerdo
Tu recuerdo.
Tu recuerdo es un
contrasentido
No forma parte del pasado
Es parte de mis senos
Hace un hueco
en una parte de mi almohada
Va conmigo
como un fulgor que me
envuelve
Lo palpo en madrugadas
insomnes
donde la lluvia
de tu incomprensible
recuerdo
gotea sobre mi rostro
Rostros
En madrugada surgen
rostros y goces
revelaciones
de secretos deseos
Me disponen en celo
en Sílabas entrecortadas
de tus labios
y notas de tristes blues
Mientras
en tu espera gozo.
Gozo
Gozo
las ganas de tenerte
en medio
de mi orgasmo
Orgasmo
Cuando pruebo
tu piel enardecida
La punta de tus pezones
tiernos
la marejada salobre
de tus ansias
y mis ansias contenidas
dibujo sobre tu cuerpo
este ardor y mi éxtasos
Que algún día harán
temblar
sus jeroglíficos
Jeroglíficos
Palpo tu cuerpo
como a figurilla de barro
Trazo uno a uno
serenamente
los jeroglíficos
que elevarán tu ardor
y alejarán el olvido.
Olvido
Olvido
que nunca me enviaste flores
que pierdes días enteros
que te olvide de mí
que no vuelvas a besarme
Lo demás
Tu cuerpo al desnudo
ya está sobre mis labios
Sobre mis labios
Para verte de nuevo
cerré los ojos
y un calor recorrió mi
cuerpo
Sólo estaban tus pasos
Tu voz como una sed
recorría mi
piel
Noche tras noche
podía sentir todavía
la dulzura de tus manos
sobre mi desnudez
Las gotas de lluvia
sobre los
cristales
de las ventanas.
Tus ojos tocan
mis lunas de
aguas
Cualquier silencio
nos delata en llamas
Iluminando el centro
de la dicha
Asedia el mundo
Penetra
transparente
Llueves como un verano
sobre mi cuerpo
Fugaz en fuegos
líquido y en sueños
En mi vientre y el mar
sobre mis labios
En mi piel y tu piel
sobre mis senos.
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