(el cuento trata de un club que come cualquier cosa. Literal)
-Ojalá hubiera podido asistir a las reuniones del club en los años veinte -dijo Virgina Boote-, cuando la ley aún permitía incluír la carne humana en el menú.
-Únicamente después de la electrocución -puntualizó Zebediah T. Crawcrustle-. Venía ya a medio freír: tostadita y crujiente-.
Neil GaimanAsí que, chiquita, agradece que no estamos en los años veinte, ok? oh ya sabes dónde terminaríamos :O
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